Misión cumplida:
El principal objetivo de la Selección en el Final 4 era conseguir el boleto al Centrobasket 2014. Desde ese punto de vista, la misión se cumplió. Importante fue la gestión de la Fesabal en conseguir organizar el evento para poder tener el apoyo de la afición.
Se venció a Honduras en un partido parejo de principio a fin, en el que, luego de ir al frente la mayoría del tiempo, se complicó desde el tercer cuarto, para remontar en los minutos finales.
La situación fue más tensa con Costa Rica. Era el juego clave y el recuerdo de la derrota en los Juegos Centroamericanos estaba latente. El equipo no se vio suelto, cometió muchos errores de concentración y tuvo su peor presentación en cuanto a volumen de juego. La entrega, un par de aciertos sobre el final y que la presión se pasó al banquillo rival fue clave para sacar el resultado, sellado con un triple de Salvador Bandek.
Contra México, pese a la derrota, se mostró el mejor equipo nacional, sobre todo en la parte defensiva, aunque aún falta mucho en la ofensiva. Pese a ser un equipo B (ocho de sus jugadores principales no vinieron), tienen mayor nivel y exigieron a los nacionales, ya sin presión, lo que permitió ver un equipo más ordenado.
Aspecto físico-táctico
La gran mayoría de los jugadores de la Selección entrenan después de trabajar, sacrificando a sus familias. Para este evento, luego de venir del torneo del baloncesto local, comenzaron a entrenar por más de un mes por la noche, de 8 a 10, bajo las órdenes de los auxiliares Arturo González y Roberto Carrillo.
A tres semanas del evento, vino Iván Barahona, técnico principal, y los fóraneos se sumaron en momentos diferentes. Primero, José Araujo. A dos semanas, James Valladares, a una Alejandro Arias. Mientras que Ronnie Aguilar llegó tres días antes del evento.
Si bien ya habían jugado juntos, aún falta que el equipo se entienda en todas sus líneas, sobre todo si utiliza a Ronnie como principal arma al ataque. Fueron contadas las ocasiones en las que se pudo armar jugadas elaboradas con el centro del equipo, que generalmente recibía en una esquina, al borde la pintura, mientras el resto se apartaba para abrirle espacio. Era muy predecible el ataque, y rara vez se penetraba para atraer la atención del centro rival y descargar con Ronnie o con Valladares.
Vale decir también que Carlos Arias mostró una entrega y un aumento de su trabajo en relación a lo mostrado en la Liga. Se metió a aportar también en la parte ofensiva.
En cuanto al físico, hay dos aspectos a considerar. Por un lado, los jugadores de la Selección, al menos los nacionales, no viven del baloncesto. Entrenan como y cuando pueden. Pese a ello, la diferencia no fue tan grande en lo físico como con México, un rival con mayores oportunidades.
También hay que tomar en cuenta que el DT Iván Barahona apenas utilizó a Alejandro Arias y a Fabio Molina; José Araujo vio un poco más de minutos, pero, en general, fueron los cinco titulares los que jugaron minutos hasta el exceso. El caso más llamativo, el de Ronnie. Jugó casi todos los minutos en los tres partidos. Por un lado, por la ausencia de un sustituto, ante la lesión de Julio Mancía. Por otro, venía preparado en la parte física. Corría muy bien la cancha, aunque después, a la hora de elaborar jugadas, o de hacer el cerco reboteador se perdiera.
El mismo Barahona reconoció, al final del torneo, que necesitan trabajar mucho en la parte táctica para poder tener una presentación digna en el Centrobasket.
Falta profundidad
Uno de los grandes problemas de la Selección, ya sea por ausencia de elementos o porque había mucho en juego, es que la banca no tuvo protagonismo alguno. Este aspecto afecta lo físico-táctico.
Si bien, en cualquier equipo hay jugadores imprescindibles, el problema en el cuadro nacional es que no hay sustitutos para la posición de centro y de Ala-Pivote, para Ronnie y James, respectivamente. Son en las posiciones más bajas en las que hay muchos elementos, aunque vieron pocos minutos, salvo el caso de Mario Flores, quien estuvo dando descanso a Bandek constantemente.
Edwin López, Martín Ramos y Luis Gutiérrez no jugaron ni un minuto, y Fabio no pasó de los cinco. Se encesita que la banca alcance el nivel de los titulares para volver al equipo más competitivo.
Aunque el baloncesto ha estado sumergido en un bache que se volvía cada vez más profundo, el Final 4 demostró que sigue siendo uno de los deportes más importantes del país; sin duda, el segundo en cuando a afición.
Pese a los malos resultados del pasado reciente, la gente respondió esta vez, y, aunque no se llenó el gimnasio, se tuvo buenas entradas.
Otro aspecto importante es que el público del baloncesto, en general, entiende la situación que atraviesa la selección. Ante México, pese a ir abajo en el marcador todo el partido, el aficionado promedio apoyó de principio a fin. Esto no significa que no criticaran o no vieran errores puntuales, pero a la par estuvo el grito y el aplauso para animar a los nacionales.
Resurgimiento
Para que el baloncesto resurja, la afición juega un papel importante, así como la directiva.Vale decir, que la Fesabal ya está pensando en la preparación de cara a los Juegos Bolivarianos, y en una gira, posiblemente en Colombia, para tener partidos amistosos previo al Centrobasket.
Hay que entender que volver a ser protagonistas de la región en este deporte toma tiempo, y no se logrará en un año o siquiera en una administración. Pero sí se puede comenzar a sentar las bases para obtener algunos resultados, como esta clasificación, para comenzar esa evolución.
Esta no será posible ni sostenible en el tiempo sin el trabajo en las bases, en los colegios, en la calle. La Selección es solo la cara visible de lo que se ha hecho en años y en desarrollo infanto-juvenil. Si no se apuesta a eso, este resultado será simplemente archivado en la memoria.